Cada vez q me llega un libro a mis manos, leo la oración final (si si, poco
normal). La gran mayoría de las veces, no me esclarece nada ni me destruye un
libro (de mas esta decir que cuando lo comienzo a leer esa oración mágicamente
queda olvidada). Esta fue una excepción. Yo ya sabía cuál era EL FINAL de esta
historia. Y por historia no me refiero solo al relato, sino también a la que
recorre una persona a lo largo de su vida.
Paula es la primera hija de una escritora famosa. Es una jovencita de
solo 28 años recién casada, muy inteligente y un gran futuro por delante,
con un entorno que la quiere y la protege. Pero Paula también tiene una enfermedad genética, que evitará que todo aquel que la protegía, pueda ayudarla
en este trance.
Parece que estuviera escribiendo acerca de una protagonista de cuento,
pero lamentablemente no es así.
Isabel Allende logra transformar un relato devastador en algo mágico. En
este libro nos adentramos en los más profundos de sus secretos. Espiamos no
solo su vida, sino también la de su familia tan peculiar. Podemos entender de
donde surgió la inspiración necesaria para lograr una maravillosa "La casa
de los espíritus", donde sus personajes ahora nos parecen más cercanos a
la realidad (de manera increíble quizás). Detectamos el punto en que se vuelve
una escritora con todas las letras (aunque sospechábamos que desde pequeña lo
era). Comprendemos el amor incondicional de una madre a su hija y lo que es
capaz de hacer para evitar que se aleje de ella para siempre (aunque sabemos
que ése para siempre es solo a un nivel).
Todos los que alguna vez hayan tenido el honor de leer un libro de esta
escritora comprenderán el sentido de la palabra mágico. Cada descripción está
impregnada de un aire romántico, puntual y casi melancólico logrando que
nuestra mente viaje por los caminos a los que ella nos quiere dirigir. Todo es
posible de imaginar con esa precisión de detalles, hasta las más alocadas
ilusiones.
Resumiendo se puede decir que Paula es un libro fuerte, de esos que
uno sabe cómo va a terminar y que una lagrima (mas de una) vas a derramar, pero que aun así no
podes dejarlo.
Una oración de Isabel resume todo:
-El problema con la ficción es que debe ser
creíble, en cambio la realidad rara vez lo es-